¿Quién cuida a quienes cuidan? Victimización terciaria y competencias emocionales
Una realidad silenciada en el ámbito profesional.
En el ámbito de la atención social, sanitaria y educativa, miles de profesionales se enfrentan cada día a situaciones emocionalmente exigentes. Acompañan a personas en crisis, intervienen en contextos vulnerables y sostienen historias cargadas de dolor.
Pero, ¿quién los prepara emocionalmente para sostener tanto?
La respuesta suele ser… nadie.
Aunque el foco suele estar en la víctima directa, existe una forma de daño más silenciosa que también necesita visibilidad: la victimización terciaria.
¿Qué es la victimización terciaria?
En muchos espacios de trabajo emocional o asistencial, solemos hablar de la importancia del cuidado, del autocuidado y de prevenir el agotamiento. Sin embargo, hay un concepto poco conocido pero cada vez más relevante: la victimización terciaria. Este fenómeno se alimenta de silencios, etiquetas, protocolos fríos y entornos laborales que minimizan el impacto emocional del trabajo.
Y está más presente de lo que pensamos…
Esta ocurre cuando quienes cuidan, acompañan o asisten —ya sea en salud, educación, servicios sociales o liderazgo— resultan emocionalmente afectados por sostener a personas que atraviesan situaciones difíciles.
Del mismo modo, se habla de prevención terciaria cuando intervenimos para reparar el daño ya instalado; cuando el desgaste emocional es evidente y hace falta actuar para sostener y recuperar a quienes han sido afectados por ese rol de sostén constante.
Para entender mejor el marco general de los tres niveles de prevención —primaria, secundaria y terciaria—.
“En INEEW aplicamos estos mismos niveles de prevención dentro de nuestros programas formativos: desde cursos individuales para anticipar el desgaste, hasta intervenciones grupales para reparar el impacto emocional en equipos ya afectados.”
Profesionales bajo presión: ¿Quién cuida a quienes cuidan?
Estudios muestran que entre el 30 % y el 50 % de los profesionales de ayuda experimentan fatiga por compasión o burnout emocional (Ruiz-Fernández et al., 2020). Sin programas de apoyo institucional, muchos terminan abandonando su vocación, desarrollando trastornos psicológicos o incluso revictimizando —sin intención— a las personas que atienden (González et al., 2021).
Pero, ¿por qué ocurre esto?
Los profesionales de ámbitos como la salud, lo social o lo jurídico pueden verse afectados por la victimización terciaria de manera indirecta, debido a:
- La estigmatización institucional por trabajar con colectivos vulnerables.
- La sobrecarga emocional no es reconocida ni acompañada.
- La falta de espacios seguros donde compartir sus experiencias o pedir ayuda emocional sin miedo.
¿Sabías que…?
Un estudio reciente de Corral y Abásolo (2025), realizado con 258 profesionales del ámbito psicosocial y judicial, encontró cifras alarmantes:
- Más del 60 % experimentaba fatiga por compasión.
- Muchos mostraban signos de burnout y trauma vicario.
- Sin embargo, también identificaron algo esperanzador; quienes recibían apoyo emocional institucional desarrollaban lo que llamaron resiliencia vicaria: la capacidad de fortalecerse emocionalmente gracias al acompañamiento.
El entorno también puede dañar (o curar)
La victimología contemporánea ya no se enfoca solo en la víctima directa. Tal como explican organismos como la OSCE (2009) o el Ministerio de Justicia de Canadá (2001), también es clave mirar cómo el entorno institucional y mediático perpetúa el sufrimiento.
De hecho, estudios recientes (Vásquez et al., 2021) han demostrado que cuando las instituciones no ofrecen apoyo emocional real, los profesionales tienen más probabilidades de:
- Abandonar su vocación,
- Desarrollar ansiedad o insomnio,
- E incluso revictimizar —sin querer— a quienes atienden, por falta de herramientas emocionales.
¿Qué dicen los profesionales que necesitan?
Una revisión sistemática (PMC, 2022) reveló algo bastante llamaitvo; lo que los profesionales más valoran no son más protocolos, sino humanidad:
- Apoyo emocional inmediato
- Reconocimiento real
- Escucha activa y sin juicio
Sin embargo, muchas instituciones optan por respuestas burocráticas que, lejos de ayudar, aumentan la desconexión emocional.
La forma en que una institución gestiona emocionalmente a sus trabajadores y usuarios influye directamente en su salud mental. Emociones no expresadas, ambientes fríos o rígidos, y la ausencia de escucha activa agravan las consecuencias del trauma, tanto para víctimas como para quienes las atienden (Figley, 1995; Maslach & Leiter, 2016).
¿Y si apostamos por la educación emocional?”
Cuando la prevención es emocional: evidencia en acción
- En Granada (España), un hospital público implementó un programa para “segundas víctimas”: profesionales implicados en eventos clínicos traumáticos. El 35 % del personal mostró síntomas emocionales relevantes. Gracias al protocolo, se redujeron las bajas médicas y mejoró el clima laboral (Martínez et al., 2023).
- En Alemania, formar al personal en regulación emocional redujo el coste institucional en salud laboral y mejoró la retención profesional (Neubert et al., 2024).
- En la Universidad de Barcelona, programas de educación emocional para docentes y equipos redujeron el estrés y aumentaron la cohesión grupal (Bisquerra & Pérez Escoda, 2012).
Estrategias prácticas para organizaciones
¿Qué pueden hacer las instituciones para prevenir la victimización terciaria?
- Formar al personal en competencias emocionales básicas y avanzadas.
- Implementar supervisión emocional y espacios de cuidado grupal.
- Nombrar referentes capacitados de salud emocional en cada equipo.
El primer paso hacia un cambio real…
Cuidar a quienes cuidan no es solo una necesidad ética; es una estrategia inteligente, humana y sostenible. En contextos donde el agotamiento emocional se vuelve norma y no excepción, apostar por la educación emocional es una forma concreta de transformar culturas laborales desde adentro.
La victimización terciaria no se resuelve con discursos bienintencionados, sino con decisiones estructurales, espacios seguros y herramientas reales. Formar en competencias emocionales no sólo mejora la salud mental de los equipos, sino que impacta directamente en la productividad, el clima organizacional y la retención del talento.
En INEEW, trabajamos para que ese cuidado sea una práctica real, tanto a nivel individual como institucional.
Si sientes que es momento de impulsar este cambio, estamos para acompañarte.
Puedes empezar hoy mismo:
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Cuidar de quienes sostienen a otros es más que una decisión sensible: es una acción transformadora.
Referencias:
- Bisquerra, R., & Pérez Escoda, N. (2012). Competencias emocionales para un cambio de paradigma en educación. Revista Educación XXI, 15(2), 61–82. https://doi.org/10.5944/educxx1.15.2.143
- Corral, S., & Abásolo, A. (2025). Impacto psicológico en profesionales que tratan con víctimas: fatiga, trauma vicario y resiliencia. Universidad de Deusto / Clínica Forense de Bilbao.
- Figley, C. R. (1995). Compassion fatigue: Coping with secondary traumatic stress disorder in those who treat the traumatized. Brunner/Mazel.
- González, M., López, J. A., & Sanz, A. (2021). Burnout en profesionales de ayuda: Un análisis cualitativo. Revista Española de Psicología, 24(1), e53. https://doi.org/10.1017/S1138741621000090
- Justice Canada. (2001). Victims of crime research series: Secondary victimization. Department of Justice Canada. https://www.justice.gc.ca/eng/rp-pr/cj-jp/victim/rr01_9/rr01_9.pdf
- Martínez, F., Rodríguez, L., & Sierra, J. (2023). Implementación de protocolos de apoyo en hospitales públicos. Gaceta Sanitaria, 37(2), 144–152. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2022.08.004
- Maslach, C., & Leiter, M. P. (2016). Burnout: The cost of caring. Harvard University Press.
- Mdpi. (2022). Support needs among healthcare workers after adverse events. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(11), 6454. https://doi.org/10.3390/ijerph19116454
- Neubert, M., Schäfer, H., & Kunz, J. (2024). Emotional competence training in healthcare workers: A cost-benefit study. International Journal of Public Health, 69(3), 299–309. https://doi.org/10.3389/ijph.2024.03214
- OSCE. (2009). Secondary and tertiary victimization of victims of crime. Organization for Security and Co-operation in Europe. https://www.osce.org/files/f/documents/2/5/26723.pdf
- PMC. (2022). Second victims in healthcare: Systematic review of needs and institutional responses. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC12185930/
- Ruiz-Fernández, M. D., Pérez-García, E., & Ortega-Galán, Á. M. (2020). Fatigue, burnout, and compassion satisfaction among emergency nurses during COVID-19. Journal of Clinical Nursing, 29(21–22), 3901–3909. https://doi.org/10.1111/jocn.15469
- Santos, C. A., & Andreotti, Y. (2015). Victimización terciaria en procesos institucionales. Tesis de Maestría, Pontificia Universidad Católica de São Paulo. https://tede2.pucsp.br/handle/handle/17396
Victimización terciaria