La literatura romántica refleja las pasiones de las personas. Sí que es cierto que ciertas pasiones representan emociones intensas que nos hacen sentir vivos. Pero, tal como hemos dicho, hay pasiones que nos pueden amargar la vida. Al hablar de emociones y de pasiones entramos en la complejidad. Respuestas simples no se ajustan a la realidad. Muchas veces la respuesta es sí para unas pasiones y no para otras. El reto está en saber distinguir unas de otras y conocer cuál es el comportamiento apropiado en cada una de ellas. Esto tiene que ver con la inteligencia emocional.
Parafraseando a Stendhal cuando habla del amor, ¿Es demasiado radical decir que sin pasión nos perdemos la parte más bella de la vida?