En el Postgrado de Educación Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona, gestionado por el GROP (Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica), lo que hacemos es experimentar emociones positivas: amor, alegría, entusiasmo, agradecimiento, bienestar, plenitud, etc. A veces hacemos presente situaciones del pasado en que se han vivido estas emociones. No para vivirlas desde la nostalgia, sino para revivirlas positivamente y si cabe analizarlas para vislumbrar que podemos hacer para repetirlas. Lo que interesa no es centrarnos en el pasado ni mucho menos en la nostalgia, sino abrir caminos de futuro que estén presididos por el bienestar consciente.
La nostalgia nos puede servir para provocar recuerdos positivos que benefician psicológicamente a la persona. ¿Esto es así? ¿Qué estudios se han hecho?