¿Qué tan consciente eres de la presencia que proyectas al comunicarte? o ¿Cuál es el papel de la autenticidad en tu forma de comunicarte?
En el mundo de la comunicación, lograr una conexión profunda y auténtica no solo depende de las palabras, sino también de la presencia y el impacto emocional que transmitimos. Miriam explora cómo reducir la distancia entre nuestro ser y nuestra expresión, ese "yo y yo misma" que tanto influye en cómo nos comunicamos con los demás.


En este viaje hacia una comunicación genuina, las imágenes juegan un rol fundamental, ya que no solo enriquecen el contenido, sino que actúan como el puente emocional que conecta nuestros mensajes con las emociones y experiencias del receptor. Alimentar nuestras palabras con imágenes significativas potencia nuestra capacidad de expresar quiénes somos, permitiéndonos comunicar desde el alma y generar relaciones más profundas y sinceras.
Los seres humanos nos comunicamos constantemente a través de pequeñas anécdotas, relatos cotidianos que pueden parecer insignificantes pero que llevan consigo emociones, aprendizajes y un pedazo de nuestra visión del mundo. Estas historias breves no solo hacen más amena la conversación, sino que nos ayudan a conectar desde un lugar más íntimo y auténtico.

Y, ¿Cómo podemos construir un relato de comunicación que inspire confianza, despierte emociones y tenga un impacto real en tu audiencia?
¿Alguna vez has pensado en tu relato de comunicación como un puente hacia tu audiencia? Un puente que no solo conecta, sino que también sostiene y fortalece la relación con quienes te escuchan.

Para construirlo, hay tres pilares clave: el logos, el pathos y el ethos. El logos es como el andamiaje de tu mensaje: estructura y lógica que ayudan a que tu audiencia comprenda y confíe en tus argumentos. Pero no basta solo con la razón; aquí entra el pathos, la chispa emocional que convierte tus palabras en algo memorable y empático, tocando el lado humano de quienes te escuchan. Y finalmente, está el ethos, que es la autenticidad y credibilidad que aportas, ese toque personal que hace que tu audiencia confíe en ti y en lo que representas. ¿Te imaginas el poder de un relato que combine estos tres elementos? Es una receta infalible para captar no solo la atención, sino también la mente y el corazón de tu audiencia, generando un impacto que perdure.

Al final, la comunicación con presencia y conexión emocional es un arte que nos invita a ser intencionales y genuinos. Al integrar el logos, el pathos y el ethos en cada mensaje, transformamos nuestras palabras en algo más que simples ideas: creamos una experiencia significativa para quien nos escucha.
Esta es la magia de conectar desde nuestro ser auténtico, de reducir esa distancia entre "yo y yo misma" que menciona Miriam, y de tejer un puente real con quienes nos rodean.
Así que, la próxima vez que hables, pregúntate: ¿Estoy siendo honesto/a en mi comunicación? ¿Estoy proyectando la emoción y el propósito que realmente siento?
Porque, al final, comunicar desde el alma es el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestra audiencia.
Una comunicación con presencia y conexión emocional – Miriam