Las competencias emocionales: El ingrediente que falta en tu equipo de trabajo

¿Cuántas veces has sentido que en tu trabajo se habla mucho de resultados, pero poco de cómo nos sentimos al lograrlos?

En la mayoría de las organizaciones, lo emocional sigue siendo un tema “blando”, invisible… hasta que explota.

Un mal ambiente, la rotación del personal, el desgaste emocional, el agotamiento. Todo eso no se arregla con más reuniones. Se arregla con personas que saben manejar lo más complejo de todo: las emociones.

Formar a tu equipo en competencias emocionales no es solo una moda ni un lujo. Es una necesidad urgente. 

Porque si no aprendemos a gestionar lo que sentimos, terminamos atrapados en dinámicas tóxicas, conflictos evitables y un malestar silencioso que desgasta incluso al mejor talento.

Y te preguntarás, pero, ¿qué son las competencias emocionales?

Las competencias emocionales son esas habilidades que te permiten reconocer, comprender y regular tus emociones, así como relacionarte de manera empática y constructiva con los demás. 

No son un “extra”; son el pegamento de las relaciones humanas.

Rafael Bisquerra (2003), uno de los mayores expertos en educación emocional, define las competencias emocionales como un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma adecuada los fenómenos emocionales.

Según Bisquerra, estas competencias se organizan en cinco grandes bloques:

Conciencia emocional

Autonomía emocional


Regulación emocional

Competencia social

Habilidades de vida y bienestar

Estas no son solo teorías educativas; aplicadas a contextos organizacionales, son la base de equipos saludables, resilientes y emocionalmente inteligentes.

Y dirás, ¿por qué esto transforma equipos?


Porque los equipos no se rompen por falta de talento…

Se rompen por exceso de tensión no hablada, egos mal gestionados, inseguridades silenciadas y emociones mal digeridas. Y lo dicen los estudios.

Y no lo decimos solo nosotros, también lo dice la ciencia:

Mejora del clima laboral

Equipos donde se habla con respeto, se escucha con atención y se gestiona el conflicto con madurez trabajan mejor. Un estudio de Côté (2014) demostró que los líderes emocionalmente inteligentes generan climas laborales más sanos y colaborativos.


Disminuye el estrés y el burnout

¿Sabías que la inteligencia emocional protege del agotamiento emocional? Extremera et al. (2018) encontraron que quienes tienen mayor competencia emocional sufren menos estrés en entornos laborales exigentes.


Fortalece el sentido de pertenencia

Cuando puedes ser tú mismo, sentirte visto y comprendido, el trabajo deja de ser solo una tarea. Se convierte en un lugar donde quieres estar. Salovey y Mayer (1990) ya hablaban de cómo la inteligencia emocional potencia las relaciones humanas y, con ello, el sentido de equipo.


Mejora el bienestar y la satisfacción

Un meta-análisis de Sánchez-Álvarez, Extremera y Fernández-Berrocal (2016) confirmó que una mayor inteligencia emocional está asociada con mayor bienestar psicológico y satisfacción con la vida.


Y como afirma Bisquerra (2015), “las competencias emocionales son un factor protector ante el malestar emocional, y una vía directa hacia la mejora del bienestar personal y social”.

Y pensarás, ¿cómo se desarrolla la competencia emocional en un equipo?

Como cualquier habilidad humana, no se adquiere de un día para otro. Se cultiva. Se practica. Se respira en el día a día. Y lo más importante: requiere intención y consciencia. 

No basta con saber lo que es la educación emocional, hay que ponerla en juego en las conversaciones difíciles, en los desacuerdos, en los momentos de presión…

Aquí van algunas ideas que puedes empezar a aplicar en tu organización:

  • Fomenta espacios donde las personas puedan expresarse sin miedo a ser juzgadas. La escucha activa es más necesaria de lo que creemos.

  • Acompaña a los líderes en su desarrollo emocional. Liderar desde la empatía y la autenticidad es mucho más eficaz que hacerlo desde el control y el poder.

  • Ofrece talleres vivenciales donde se trabajen temas como la gestión del estrés, el autocuidado, la empatía o la asertividad.

  • Revisa qué mensajes transmite tu cultura organizacional: ¿se valoran las emociones o se esconden? ¿Se ve la vulnerabilidad como una fortaleza o como una debilidad? La forma en que tu organización responde a estas preguntas dice mucho sobre su capacidad para adaptarse, innovar y crecer.


En INEEW, medimos las competencias emocionales de tu organización y el impacto real que tiene desarrollarlas. Porque trabajar el lado emocional no es solo una apuesta por el bienestar: es una inversión estratégica.

Para reflexionar…

No podemos construir equipos sanos si evitamos mirar lo que sienten las personas que los forman. 

No podemos hablar de bienestar en el trabajo si no enseñamos a las personas a habitar y regular su mundo emocional.

Como plantea Rafael Bisquerra, trabajar las competencias emocionales es abrir una vía directa hacia el bienestar personal y colectivo. 

Es decir, que en nuestras organizaciones no solo importa lo que hacemos, sino también cómo nos sentimos al hacerlo.

Y quizá, sólo quizá, ese sea el comienzo de un trabajo que en vez de desgastar… empiece a sanar.

Apostar por el desarrollo emocional es apostar por la salud de tu equipo y la humanidad de tu organización.

En INEEW no solo lo creemos: lo hacemos posible.

Acompañamos a personas, equipos y líderes que quieren crecer emocionalmente y construir espacios de trabajo más conscientes y saludables.

¿Te gustaría iniciar ese camino con nosotros? Estamos listos para caminar contigo.
Referencias

Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.


Bisquerra, R. (2015). La fuerza de la educación emocional. Barcelona: Editorial UOC.


Côté, S. (2014). Emotional intelligence in organizations. Annual Review of Organizational Psychology and Organizational Behavior, 1(1), 259–288. https://doi.org/10.1146/annurev-orgpsych-031413-091233.


Extremera, N., Mérida-López, S., Sánchez-Álvarez, N., & Quintana-Orts, C. (2018). How does emotional intelligence help teachers to feel better? The mediating role of perceived stress. Journal of Occupational Health Psychology, 23(1), 151–160. https://doi.org/10.1037/ocp0000088.

Goleman, D. (1995). Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. New York: Bantam Books.


Salovey, P., & Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 9(3), 185–211. https://doi.org/10.2190/DUGG-P24E-52WK-6CDG


Sánchez-Álvarez, N., Extremera, N., & Fernández-Berrocal, P. (2016). The relation between emotional intelligence and subjective well-being: A meta-analytic investigation. The Journal of Positive Psychology, 11(3), 276–285. https://doi.org/10.1080/17439760.2015.1058968.

INEEW Team 26 de junio de 2025
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