Relaciones que cuidan

Y sostienen en el trabajo

​Es lunes por la mañana. Llegas a tu lugar de trabajo (o te conectas al ordenador) y antes incluso de abrir tu correo, tu cuerpo ya lo sabe: ¿te sientes en calma con el equipo que te rodea, o tu estómago se encoge de tensión? La vuelta a la rutina no es solo volver a las tareas; es volver a las personas. Y en ellas se juega buena parte de nuestro bienestar.

​Cada inicio de ciclo escuchamos la misma frase: “Hay que volver a la rutina”. Solemos pensar en horarios, proyectos y metas. Sin embargo, rara vez reflexionamos en lo más esencial: las personas con las que compartimos gran parte de nuestros días. Como seres humanos —profundamente sociales por naturaleza— necesitamos rodearnos de relaciones de calidad que nos transmitan calma, confianza y honestidad (Taylor, 2011).

​Nuestro sistema nervioso funciona como un radar: detecta cuándo estamos en un entorno seguro y se relaja, o se activa cuando percibe amenaza. Por eso, las relaciones en el trabajo no son un detalle menor, sino un factor directo de salud física y emocional. La investigación de Hebles et al. (2022) muestra que sentirse seguro en el entorno laboral disminuye el estrés y protege frente a consecuencias emocionales y cognitivas. De manera similar, un estudio con enfermeras en California confirma que la seguridad psicológica atenúa el riesgo de burnout y mejora el clima laboral (de Lisser, 2024).


​Desde la neurociencia sabemos que un entorno laboral seguro regula el cortisol y fortalece estructuras cerebrales clave para la autorregulación emocional y el aprendizaje, además de favorecer la liberación de oxitocina, la hormona relacionado con el apego y la vinculación (HelloDriven, 2023).

​Según un estudio global de Workplace Options (2025), el 70% de los trabajadores reporta que el estrés laboral es su mayor preocupación, y la falta de seguridad psicológica se asocia con más conflictos, rotación de personal y menor productividad.

​Construir relaciones sanas no ocurre por casualidad: requiere inteligencia emocional. Esto implica reconocer nuestras emociones, regularlas y ser capaces de empatizar con los demás. En los equipos, la inteligencia emocional ayuda a escuchar de verdad, resolver conflictos de forma constructiva y generar espacios de confianza. Edmondson (2018) demuestra que los equipos con seguridad psicológica —estrechamente vinculada a la inteligencia emocional colectiva— son más innovadores, resilientes y productivos.

​No todas las relaciones laborales son saludables. A veces, bajo un manto de normalidad, pueden esconderse dinámicas abusivas: comentarios sutiles que minan la autoestima, exigencias disfrazadas de compromiso o abuso de poder encubierto. Reconocer estas dinámicas es el primer paso. El segundo es poner límites y pedir ayuda. Hablar con líderes de confianza, recursos humanos o profesionales externos no es debilidad, sino un acto de autocuidado y valentía.

Pequeñas acciones para cultivar relaciones sanas en el trabajo


• Escucha sin interrumpir al menos una vez al día.

• Agradece explícitamente un gesto o ayuda de un compañero.

• Si algo te incomoda, exprésalo desde el respeto en lugar de callarlo.

• Busca apoyo si detectas dinámicas abusivas.

​La vuelta a la rutina es una oportunidad para replantearnos: ¿Qué relaciones me hacen sentir tranquilo y valorado? ¿Dónde noto tensión o inseguridad? ¿Qué puedo hacer yo para aportar calma y confianza en mi equipo?

​Para inspirarte, te recomendamos la charla TEDx de Amy Edmondson: 'Building a Psychologically Safe Workplace'. Allí explica cómo crear equipos donde está bien preguntar, equivocarse y aprender juntos.

​Las tareas pasan, los proyectos cambian, pero las relaciones que cultivamos en el trabajo permanecen en nuestro cuerpo y en nuestra memoria. Cuidarlas es cuidarnos. En INEEW creemos que la educación emocional no se limita al aula, sino que también se vive en las oficinas, en las reuniones y en las conversaciones cotidianas. Volver a la rutina es volver a esas relaciones que, día a día, moldean nuestro bienestar.

Referencias

​de Lisser, R. (2024). Psychological safety is associated with better work environment and reduced burnout in nurse practitioners. BMC Nursing. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11288325/ 

​Edmondson, A. C. (2018). The fearless organization: Creating psychological safety in the workplace for learning, innovation, and growth. Wiley.

​Eisenberger, N. I., Taylor, S. E., Gable, S. L., Hilmert, C. J., & Lieberman, M. D. (2007). Neural pathways link social support to attenuated neuroendocrine stress responses. NeuroImage, 35(4), 1601–1612. https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2007.01.038 

​Hebles, L. W.-S., et al. (2022). Psychological safety and stress reduction in workplace environments. Frontiers in Psychology. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9434267/ 

​HelloDriven. (2023, abril 3). Neuroscience of psychosocial risks and safety: Impacts & benefits. https://home.hellodriven.com/articles/neuroscience-of-psychosocial-risks-and-safety-impacts-benefits 

​Taylor, S. E. (2011). Social support: A review. In M. S. Friedman (Ed.), The handbook of health psychology (pp. 189–214). Oxford University Press.

​Workplace Options. (2025, febrero 27). Workplace Options’ Psychological Safety Study reveals alarming trends in workplace stress and conflict worldwide. https://www.workplaceoptions.com/news/workplace-options-psychological-safety-study-reveals-alarming-trends-in-workplace-stress-and-conflict-worldwide


INEEW Team 3 de septiembre de 2025
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