Esta es una emoción muy potente que incluye un amplio abanico de emociones como rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión, exasperación, tensión, excitación, agitación, acritud, irritabilidad, hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia, impotencia, desprecio, antipatía, resentimiento, rechazo o recelo. Se conoce que la ira y la hostilidad son factores de riesgo significativos en la enfermedad coronaria y en los trastornos cardiovasculares, hipertensión, cáncer y dolor crónico. Por ello es muy importante regular esta emoción negativa, “no solamente como prevención de la violencia, sino también como prevención de enfermedades”, anuncia el especialista en educación emocional. Entre las estrategias para tratar la ira, Bisquerra recomienda el entrenamiento para el autocontrol personal, la disrupción e interferencia de la respuesta de ira, el desarrollo de habilidades sociales y de afrontamiento pasivas (relajación, respiración, meditación), la reestructuración cognitiva y el entrenamiento en solución de problemas.
Ira